2.10.07

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A día de hoy, hace tres semanas que iba dando vueltas por mi casa buscando cosas que podría olvidar, también fue hace tres semanas que vi por última vez a Saray y Miriam.
Estoy escribiendo mis crónicas, me gustaría dejar marcado cada día que paso aquí, a veces olvido escribir, pero eso no significa que olvida.
Creo que los mejores recuerdos son los que nunca se olvidan, como aquellas noches sin hacer nada e íbamos a la plaza a tomar pipas y contar las mismas historías de ayer y antes de ayer, pero nos reíamos y disfrutábamos. Como aquellas noches en blanco, que nos tirabamos horas tumbadas en el sofá, hablando y contándonos nuestras preocupaciones. Como las noches en las que yo necesitaba dormir, y tú me hablabas, porque necesitabas hablarme y viceversa. Como todos los días cuando intentabas rozarme o tocarme, o abrazarme, porque necesitabas más de mi. Como todas las veces que has necesitado de mi, y has sabido que estaba para tí. Como todas aquellas risas dirigidas a mí pero con gran amor. Como cada cosa que recuerdo, y que me es imposible de olvidar, ni aun pase mil años seguidos sin parar.
Sé que muchas cosas buenas olvidaré, pero lo que sí sé es que aquellas personas que las hicieron, siempre quedaran en mi mente y mi vida.
Puede ser que esté teniendo una de las mejores y peores experiencias de mi vida, pero eso sí, sé que será la que más me ayude en el futuro, o la primera que me va a ayudar en el futuro.
Estoy aprendiendo a convivir sola (con mucha gente, pero sola), aquellos momentos en los que antes me sentía sola, siempre sabía que tenía una mano, un padre, una madre y unos hermanos y amigos, que estarían para ayudarme o intentarlo. Pero aquí estoy sola, con amigos que conocer, y sin nadie que me dé de más, solo me queda Dios.
Y es que yo creo que Dios me ama tanto, que me ha dado la oportunidad de disfrutar esto, y es depender solo y para siempre de él. A veces necesito encerrarme en un cuarto y no salir de allí hasta nuevo aviso de guerra, otras veces me gustaría estar fuera todo el rato, disfrutando de la compañía de aquí.
Estoy aprendiendo a trabajar, con un horario fijo y sin descansar a veces, (bueno no es tan exagerado), pero la disciplina que mi madre me ponía en casa me ha venido bien, porque me tengo que levantar a la misma hora que ella me hacía levantarme, jajajaja, bueno si quiero desayunar tiene que ser antes, a veces no me apetece despertarme.
En mi vida había perdido un desayuno, ni tampoco había tragado ninguna pastilla, pero aquí lo he hecho, de hecho tengo que hacerlo, o sino no sobrevivo, porque las pijerias de solo sobres no vale. Así que ahora me meto la pastilla y me pongo a tragar, eso sí, son bastante más pequeñas que las de España.
Sobre el té, madre miaaa!! están todo el día tomando té, son te adictos, pero bueno, lo hacen por el frío.
Ahora va por tandas, a veces me muero de frió y otras estoy estupendamente.
Echo muchísimo de menos a mis pitufos, los quiero demasiado, a veces necesito escuchar sus halagos, y ver sus tonterías. Este va a ser un año, en el que pierda como van creciendo (sé que parece que son mis hijos), pero es que son la parte más importante de mi vida por ahora, sé que son más pequeños, pero la amistad que tenemos es alucinante, y es que son buenos amigos y hermanos.
Echo de menos chinchar a mi hermana Martha, a veces se rie y otras se enfada, pero me gusta, echo de menos escuchar a mi hermano dramatizando cuando no le abrazo y él me dice: Esther, ya no te voy a querer más, porque nunca me quieres abrazar, luego vas a querer que te abrace y no te abrazaré, y yo le digo: ¿Un abracito? y él viene corriendo. Podría decir perfectamente que los tengo dominados, pero no es así, es que ellos me quieren demasiado.
Y es que tenemos unos padres increibles, que nos han enseñado la mejor educación, y se han esforzado al máximo, aun cuando no podían más, no he visto a nadie, que luche tanto por nuestros intereses. A ellos le debemos la vida y todo, todo lo demás.
No sé que más decir, echo de menos a mucha gente, pero tambien ayuda sentirme bien. Me gustaría decir a todos los que echo de menos, pero eso a veces es difícil.
Echo de menos:
A mis pitufos, a mis padres, a Miriam y Anyith, a Saray la loca del pueblo, que la quiero muchísimo, a Ali y Espe, a mis enanos Daniel y Álvaro, a mi tia Kirsten, levantarme por las mañanas y escuchar la voz de mi tia Jane, Mari Carmen y Loli Capello mujer luchadora 100%, echo de menos la buena relación que tenía con mi tía Anne, echo de menos el haberme sentido tan bien el día que fuí a casa de mi tía Salvador, es un encanto cuando quiere,jejeje, echo de menos a mi tio Javier, como él era antes, y a mi tía Rosario, en paz descanse, echo de menos ir los miércoles a casa de mi abuela, echo de menos sus Gazpachuelos y sus filetes empanados y por supuesto que siempre ponía pescado, echo de menos a mi abuelo y su butaca y su manera de ser un casca rabia tan gracioso, y tan sentimental, y tan divertido, echo de menos a mi tía MCarmen y por qué no, a su novio, que es majo, echo de menos a mi querida Sara, la que yo llamo novia de mi hermano, y que me encanta, echo de menos a los adolescentes de mi iglesia y sus tonterías, e ir con ellos a ver pelis que mis amigos no quieren ver, echo de menos ver películas con millones de chucherías con mis hermanos, echo de menos conducir, echo de menos las coca-colas (si, las echo de menos), echo de menos estar sola en casa, echo de menos a mi hermana modelo, echo de menos llevar a mis amigos en el coche, e ir 6 en él, echo de menos reirme cuando mi madre habla por teléfono y se pone a discutir con cualquier otra persona, echo de menos llamar a Miriam o Anyith por teléfono y que hable sola yo, echo de menos mi cama, y dormir en ella tan limpita ella, echo de menos salir por la terraza para no abrir mi puerta cascada, echo de menos las veces que he asustado a mi hermana cuando la pillo desprevenida cantando, echo de menos mis fotos y mi cámara de fotos, ¡¡¡¡la quierooooo!!!!, echo de menos mi iglesia y toda la gente que está en ella, echo de menos darle besos y decirle guapa a trini y manoli.
Echo de menos mil cosas, incluso cuando no quiero que me besen, pero sin embargo me dejo besar, echo mil cosas de menos, pero sé que estarán ahí para cuando vuelva, o al menos las más importantes.
¡¡Espero que mi cámara siga viva, es importante!!

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